Una autoevaluación al líder que consideras ser

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Elba L. Arroyo García

Si usted dirige algún Departamento, tiene a cargo un equipo de trabajo o es el patrono de una organización, con mucha probabilidad se ha preguntado si está haciendo lo correcto. ¿Cómo saber si sus acciones como supervisor demuestran que usted es un verdadero líder o simplemente un jefe más? Sin más preámbulo, comencemos a explicar la diferencia.

Líder VS Jefe

Un líder posee la habilidad de influenciar a los demás para el logro de las tareas y/o metas establecidas. Además, posee y demuestra un alto compromiso ético con las personas con las que interactúa y con las responsabilidades asociadas a estas y a su puesto. Por otro lado, un jefe posee capacidades administrativas solamente. Es decir, demuestra tener la capacidad para dirigir un proyecto, departamento y/u organización exitosamente desde un aspecto más mecánico.

Un estudio conducido en Puerto Rico, encontró que los encuestados coinciden en que un líder tiene una meta que atrae y une los esfuerzos de otras personas para la consecución de la misma (Olivencia en Pérez Santiago y Camps del Valle, 2011). Más aún, el consenso de las personas entrevistadas en este estudio fue que el liderazgo es una obligación resultante de unas características innatas, donde se distingue el ser altamente ético, velar por el bienestar común y poseer las destrezas gerenciales necesarias que permitan la obtención de las metas trazadas. Si bien es necesario poder administrar cuando se está en una posición de supervisión, el hacerlo utilizando la influencia que demuestra un líder resultaría en un proceso más beneficioso para la organización.

Entonces, como dice la canción, la pregunta es, ¿y cómo lo hacen? ¿Cómo puedes ser un líder y no un jefe? Bueno, no es algo que se pueda lograr de la noche a la mañana, sino que requiere práctica tanto a nivel profesional como personal, paciencia, dedicación y auto evaluación constante. Existen varios estilos de liderazgos, todos con sus pros y contras, los cuales están y deben estar presente en toda organización de una forma balanceada. Cada estilo servirá su propósito de acuerdo con la tarea o situación que se esté trabajando en el momento. Así que es importante conocer cuáles son los estilos más comunes, sus características y como utilizarlos para lograr los objetivos.

Estilos de Liderazgo

Autoritario: Ordena e impone; su principal fin es completar las tareas.

  • Pro: Efectivo en situaciones críticas

  • Contra: Provoca emociones negativas en sus empleados

Democrático: Fomenta la participación activa del grupo.

  • Pro: Provoca iniciativa y mayor disposición

  • Contra: Es difícil tener a todo el grupo contento

Liberal: Es pasivo y neutral en sus funciones.

  • Pro: Funciona cuando se requiere de poca o ninguna conducción

  • Contra: Empleados carecerán de una guía

Transformacional: Inspira, promueve el orgullo por la organización y se gana el respeto y la confianza.

  • Pro: Sirve como agente de cambio

  • Contra: Sus resultados tardan en observarse

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